Radiador que hace ruido: Cómo identificar y solucionar el problema según el tipo de material instalado

Cuando llega el frío y encendemos la calefacción, es común que los radiadores comiencen a emitir sonidos extraños que pueden resultar molestos e incluso preocupantes. Estos ruidos no solo interrumpen la tranquilidad del hogar, sino que a menudo indican que algo en el sistema de calefacción requiere atención. Comprender la naturaleza de estos sonidos y saber cómo abordarlos es fundamental para mantener un ambiente confortable y eficiente. A continuación, exploraremos las causas más frecuentes de estos ruidos, cómo identificarlos según el material de los radiadores y las soluciones prácticas para cada caso.

Tipos de ruidos en radiadores y sus causas principales

Los radiadores pueden producir una variedad de sonidos que van desde suaves borboteos hasta golpes metálicos que despiertan en plena noche. Identificar el tipo de ruido es el primer paso para determinar su origen y encontrar la solución adecuada. Los sonidos más comunes incluyen el borboteo, que generalmente indica la presencia de aire atrapado en el circuito de calefacción, los golpeteos o chasquidos metálicos causados por la expansión térmica de los materiales al calentarse, y los silbidos que sugieren problemas relacionados con la presión del agua o el caudal.

Ruidos característicos según el material del radiador: hierro fundido, aluminio y acero

El material del que está fabricado el radiador influye significativamente en el tipo de ruido que puede generar. Los radiadores de hierro fundido, aunque robustos y duraderos, tienden a producir crujidos y chasquidos cuando el metal se expande con el calor. Este fenómeno de dilatación de materiales es completamente normal y ocurre especialmente al encender el sistema tras un periodo de inactividad. Los radiadores de aluminio son especialmente propensos a generar golpes metálicos debido a que este material reacciona químicamente con el agua, produciendo burbujas de aire y sonidos más pronunciados. Por su parte, los radiadores de acero suelen ser más silenciosos, aunque también pueden presentar ruidos si el circuito de calefacción acumula partículas en suspensión o si existe una instalación deficiente de los soportes metálicos que los sostienen.

Diferencias entre borboteos, golpeteos y silbidos en el sistema de calefacción

Cada tipo de ruido proporciona pistas valiosas sobre el estado del sistema. El borboteo es característico de la acumulación de aire dentro del radiador o las tuberías, lo que impide que el agua circule correctamente y reduce la eficiencia energética del sistema. Los golpeteos, por otro lado, suelen aparecer cuando los tubos se dilatan al calentarse o se contraen al enfriarse, especialmente si están en contacto directo con estructuras rígidas o muebles. Estos sonidos también pueden deberse a que las conexiones no están bien ajustadas o a que los soportes del radiador están sueltos. Los silbidos, que resultan más molestos y agudos, normalmente indican que el caudal de agua es demasiado alto o que existe una obstrucción en las válvulas termostáticas, lo que genera una presión del agua inadecuada en el circuito.

Diagnóstico del problema: identificar el origen del ruido en tu radiador

Una vez reconocido el tipo de ruido, es importante realizar un diagnóstico preciso para determinar su causa exacta. Esto implica revisar diferentes aspectos del sistema de calefacción, desde la caldera hasta las tuberías y los propios radiadores. Un diagnóstico correcto no solo permite solucionar el problema de manera efectiva, sino que también previene daños mayores y prolonga la vida útil de toda la instalación de calefacción.

Cómo verificar la presión de la caldera y el estado de las tuberías

La presión inadecuada en la caldera es una de las causas más frecuentes de ruidos en los radiadores. Para verificarla, basta con observar el manómetro de la caldera, que generalmente debe marcar entre 1 y 1,5 bares cuando el sistema está en funcionamiento. Si la presión es demasiado baja, puede indicar una fuga en alguna parte del circuito o que es necesario rellenar el sistema con agua. Por el contrario, una presión excesivamente alta puede generar silbidos y aumentar el riesgo de averías. Además de la presión, es fundamental inspeccionar el estado de las tuberías, buscando señales de fugas, condensación o goteo que puedan estar afectando el funcionamiento del sistema. Las tuberías mal aisladas o instaladas con un desnivel incorrecto pueden provocar que el agua no circule adecuadamente, generando ruidos incluso cuando la calefacción está apagada.

Detectar aire acumulado y otros problemas comunes en el circuito

El aire atrapado en el circuito es uno de los problemas más comunes y fáciles de solucionar. Para detectarlo, basta con tocar los radiadores cuando están en funcionamiento: si algunas zonas permanecen frías mientras otras están calientes, es muy probable que exista aire acumulado. Otro indicador es el característico gorgoteo o burbujeo que se escucha al circular el agua. Además del aire, otros problemas frecuentes incluyen la presencia de partículas en suspensión producto de la corrosión o descomposición de residuos orgánicos dentro del sistema. Estas partículas pueden obstruir las tuberías y válvulas, generando ruidos adicionales y reduciendo la eficiencia energética. Las válvulas termostáticas también pueden presentar fallos, quedando parcialmente abiertas o cerradas, lo que altera el flujo de agua y produce sonidos anormales.

Soluciones prácticas para eliminar los ruidos según el tipo de radiador

Una vez identificado el origen del ruido, es momento de aplicar las soluciones adecuadas. Dependiendo del material del radiador y del problema específico, existen diferentes técnicas y ajustes que pueden devolver la tranquilidad al hogar y optimizar el funcionamiento del sistema de calefacción.

Técnica correcta de purga para radiadores de diferentes materiales

Purgar radiadores es la solución más común para eliminar el aire atrapado. El proceso consiste en abrir lentamente la válvula de purga, ubicada generalmente en la parte superior del radiador, hasta que el aire salga completamente y comience a fluir agua. Es importante tener a mano un recipiente para recoger el agua y cerrar la válvula tan pronto como salga líquido de manera continua. Para radiadores de aluminio, es recomendable realizar esta operación con mayor frecuencia, ya que este material tiende a generar más aire debido a reacciones químicas. Después de purgar, es fundamental verificar nuevamente la presión de la caldera y ajustarla si es necesario. Si tras purgar el radiador persisten los ruidos, puede ser que el aire haya vuelto a entrar al rellenar la instalación, o que existan partículas en suspensión que requieran una limpieza más profunda. En casos de radiadores hidrónicos, el procedimiento es similar, aunque puede requerir la intervención de un profesional si el sistema es complejo.

Ajustes en la instalación y mantenimiento preventivo del sistema

Más allá de la purga, existen otros ajustes que pueden eliminar los ruidos de manera definitiva. Si el problema son los golpes metálicos producidos por la dilatación, es útil revisar que los soportes metálicos del radiador estén bien fijados y no en contacto directo con elementos rígidos que amplifiquen el sonido. Colocar pequeñas almohadillas de material aislante entre el radiador y la pared puede absorber las vibraciones. En cuanto al exceso de caudal de agua que provoca silbidos, se puede ajustar la válvula de entrada del radiador para reducir el flujo. También es aconsejable revisar periódicamente las conexiones y tuberías en busca de posibles fugas o condensación que puedan estar afectando el sistema. Un mantenimiento preventivo anual que incluya la limpieza del circuito de calefacción, la revisión de la caldera y la inspección de todas las válvulas contribuye significativamente a evitar la aparición de ruidos y a mejorar la eficiencia energética del sistema.

Cuándo consultar a un profesional y medidas de mantenimiento regular

Aunque muchos problemas de ruidos en radiadores pueden resolverse con intervenciones sencillas, hay situaciones en las que es imprescindible contar con la ayuda de un profesional especializado en fontanería o instalación de calefacción. Conocer cuándo es necesario llamar a un experto y establecer rutinas de revisión puede ahorrar dinero y evitar averías mayores.

Señales de alarma que requieren intervención especializada

Existen señales claras que indican la necesidad de contactar con un profesional. Si después de purgar correctamente los radiadores y ajustar la presión de la caldera los ruidos persisten, es probable que el problema sea más complejo, como una obstrucción severa en el circuito o un fallo en la bomba de circulación. La presencia de fugas visibles, goteo constante o manchas de humedad alrededor de los radiadores y tuberías también requiere atención inmediata. Otro motivo de preocupación es cuando los radiadores no calientan uniformemente a pesar de haber sido purgados, lo que puede indicar problemas con la instalación o con la propia caldera. En el caso de radiadores de aluminio que producen golpes muy fuertes, puede ser necesario considerar el cambio de radiadores por otros fabricados con un material diferente. Asimismo, si se detecta un ruido de silbido constante y agudo que no cesa al ajustar las válvulas, es posible que haya un problema con la presión o con el diseño del sistema que requiera una revisión técnica especializada.

Rutinas de revisión para prevenir ruidos y prolongar la vida útil de tus radiadores

Establecer una rutina de mantenimiento regular es clave para evitar problemas futuros. Se recomienda purgar los radiadores al menos una vez al año, preferiblemente antes de comenzar la temporada de frío. También es importante revisar la presión de la caldera periódicamente y ajustarla cuando sea necesario. Comprobar el estado de las válvulas y conexiones, así como inspeccionar visualmente las tuberías en busca de signos de corrosión o fugas, forma parte de un mantenimiento preventivo eficaz. La limpieza del circuito de calefacción cada cierto tiempo ayuda a eliminar partículas y sedimentos que pueden acumularse y causar obstrucciones. Para quienes cuentan con sistemas domóticos como IRSAP NOW, es posible optimizar el consumo y monitorear el funcionamiento del sistema de manera más eficiente. Además, contar con un servicio de asistencia técnica disponible puede ser de gran ayuda para resolver cualquier duda o problema que surja. En definitiva, un mantenimiento adecuado no solo previene ruidos molestos, sino que también mejora la eficiencia energética, reduce el consumo y prolonga la vida útil de los radiadores y de toda la instalación de calefacción.